Estoy en Oz
y no sé cómo voy a regresar
sino hay camino
en este destino
que me invite a volver.
Y con la casa mecida con viento
aullidos de lobo
que gimen de lleno
se oyen: donde se quedó
el amor y su dueño.
El hogar
está quedándose helado
y juego con los lobitos que están a mi lado,
ni ellos ni yo
sabemos que ha pasado,
ni ellos ni yo
podemos dormir.
Dónde se quedó todo ese amor.
Dónde se quedó todo ese amor.