¿Por qué las glorias de las bocas grandes,
de los pensamientos pequeños?
¿Por qué los tronos de brillos
y las cosechas secas?
¿Por qué esos vítores
a la falta de modestia?
Oro, oro, oro,
a los cuatro vientos gritados,
y entre rebuznos,
números y pucheros,
onomatopeyas....
jolgorios sin sentidos.
y mientras,
las letras pausadas
quedarán muertas y sin amigos
¿Por qué cuando ellas penan
no son acunadas?
Quizás si las pintaran con lazos,
si se vistieran de rameras...
y vendieran sus secretos a cualquiera
No hay triunfo para las verdades calmadas,
para las voces brillantes que susurran...
(A mi lo que me gusta es que me digas lo justo,
que me lo digas sincero,
sin prisas y a media voz.
Que hagas sentir
entre las escamas como se eriza
la piel de quien fuese humano en los albores...)
20 oct 2019
7 oct 2019
Algodón de azúcar
Ella era preciosa...
su pelo era, sus labios eran...
Como una agujita con volantes de seda
bailando el cascanueces dentro de mis ojos,
clavándose en el interior de las uñas.
Era un dolor
no poder acompañarla
y rozar tímidamente su mano...
imaginaba mi dedo índice bajando por la curva de su espalda...
el mismo dedo con el que me cierra la boca.
También era absurda.
Entre los dientes se acumulaban
cristales
rotos
morbosos cuando la lengua se paseaba entre palabra y palabra
Hubiese robado una tele por ella,
por un segundo de paz,
y robaría hasta las antenas de los coches o los retrovisores,
sacando una fuerza insospechada...
Era tan bonita,
ese momento de ausencia de dolor,
ese silencio sin piano.,
ese dejar de existir,
flotar,
dormir sin dormir,
a veces soñar,
con algodón de azúcar
envenenando los pensamientos...
su pelo era, sus labios eran...
Como una agujita con volantes de seda
bailando el cascanueces dentro de mis ojos,
clavándose en el interior de las uñas.
Era un dolor
no poder acompañarla
y rozar tímidamente su mano...
imaginaba mi dedo índice bajando por la curva de su espalda...
el mismo dedo con el que me cierra la boca.
También era absurda.
Entre los dientes se acumulaban
cristales
rotos
morbosos cuando la lengua se paseaba entre palabra y palabra
Hubiese robado una tele por ella,
por un segundo de paz,
y robaría hasta las antenas de los coches o los retrovisores,
sacando una fuerza insospechada...
Era tan bonita,
ese momento de ausencia de dolor,
ese silencio sin piano.,
ese dejar de existir,
flotar,
dormir sin dormir,
a veces soñar,
con algodón de azúcar
envenenando los pensamientos...
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