A veces quiero devorar la manzana a mordiscos desesperados,
pero se me olvida que soy caníbal
y con pedacitos de carne me apaciguo.
Por mucho veneno que lleve,
no es ese el ácido que corroe
y mata.
No es el comerse el fruto ponzoñoso
lo que me arruina,
sino no tomarme en serio
un antídoto mucho más personal.
A veces quiero devorar la manzana como si no la viera infecta
y teñida de falsa solución,
mas el instinto de supervivencia
hace que Blancanieves escupa la carne que le mandas.
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