Dicen que las cosas tienen la importancia que uno les da...
eso es muy cierto:
para ser feliz hay que quitarle importancia a la mayoría de ellas
y quedarse con lo esencial,
disfrutar sin traumas ni metas,
sin que de cosas absurdas dependa la sonrisa
ni nada se convierta en terrible.
Que nada ni nadie sea eso Terrible,
siendo lo terrible aquello que
convertimos en lo suficientemente trágico
para impedir la felicidad
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