Te dejé libre para ver si volvías,
y no volviste.
Te dejé tu espacio
para que fueses tú mismo
sin coacciones
y me quede sola
Te dejé libre
porque lo eras,
siempre lo fuiste.
No confundir con el albedrío:
eso no te hizo libre,
sólo aclaro
que no eras para mí.
Fui una cárcel invisible,
pues no había preso real entre mis brazos,
sólo inconveniencia,
y destiempo.
Vuela.
Yo también soy libre,
pero tu libertad convertida en censura
oprimía,
me trastocaba el corazón en reja...
y yo soy nube,
cielo y brisa.
Te dejé libre
para poder respirar
y al no volver
me devolviste el aire.
Libre tú y libre yo,
somos dos extraños...
Me miras a los ojos
y no me ves.
Vuela, vuela lejos,
allá donde no me haces daño,
donde no soy cadena ni lazo,
donde no me haces callar.
Allá donde me olvidas
y te olvido
y yo soy libre para ser mejor,
para ser yo misma.
Mi cuerpo, un objeto de deseo,
no de tortura,
y un lugar de amor,
no de atadura.
Libre, tú vales más
y vales más
lejos de aquí.
Libre sin ser egoísta,
porque tu libertad sin pactos
me hacía sufrir esclavitud,
aunque eras tú el que se sentía esclavo.
Ahora no estas,
libre y lejos,
siempre es mejor
en tu caso,
aunque siempre lo fuiste,
libre y lejos,
pero cruzabas tu libertad
con el egoísmo y la locura .
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