sentir que nunca es
suficiente
recitar la tabla de multiplicar
para convencerse
aunque salga a dividir.
Repetir e inventar números que no existen,
memorizar ficciones,
ficciones ajenas
Y volver a comenzar
intentando que la mentira se vuelva,
a fuerza de repetir,
verdad...
Hola, ¿cómo estás?
Bien, ¿y tú?
Bien, ¿y tú?
Bien, ¿y tú?
....
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