Anoche soñé que volvíamos a Nueva York,
los 4
y me perdíais.
Había hielo y nieve,
el río estaba helado
había gente que se caía y nadaba,
gente que se caía y se hundía de frío.
Y me perdía
y estaba sola sin moverme.
Vosotros no os dabais cuenta,
pero erais 3 que ya no sois
y tampoco yo soy la que era.
¿Si me precipitase al río
alcanzaría las fuerzas para salir de las aguas gélidas
o descansaría por fin en el fondo,
aquel donde me espera plácido el piano mudo?
Ya no somos aquellos...
pero a pesar de eso
sigo buscando las migas en el suelo que no dejé.
Detrás el bosque se ha hecho espeso y blanco.
La entrada a la ciudad era una rampa
nevada como una pista de ski.
después una avenida en torno a un río con puentes...
pero andaba sola,
mi madre también se había perdido
tras viajar conmigo sobre las alas del avión
hacia un Londrés imaginario,
sin magos pero con lanchas sobre el río
y edificios de ladrillo.
En los sueños me pierdo,
muchas veces intento encontraros,
pero nadie ha percibido mi ausencia.
¿Es la mente tan cruel!...
sus sótanos están llenos de niños asustados
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