Ese monstruo vive
en ti y en mi
y nos vuelve egoístas.
Nos hace inmunes a los demás,
a sus sentimientos
y nos devuelve por siempre a nosotros mismos,
a revolvernos en lo que sentimos
y borra la opción de pedir perdón y gracias.
Lo que sientes vale lo que tú necesites que valga,
pero no tiene nada que ver con la realidad,
pero consigue transformarla,
para bien y para mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario