Los manos atadas
no son en este caso
una forma de placer...
tirais de la cuerda, de mi,
como si fuerais capitalistas,
como si hubieseis aceptado
esa alienación,
y me la impusierais.
Alarde de independencia que no es,
de colectivo que no existe.
Y Os burlais del monstruo lúdico,
quizás para esconder al real.
Tiráis de mi,
queréis llevarme hasta la fosa
y yo no quiero.
Yo no quiero romper en gajos
el sentido
que
cosido
y asido en el pecho
es bicho bueno,
que a fuerza de resistir
parece garrapata.
Y este velero roto
necesita vientos
y soplo y soplo
pero no vuelo,
porque me habéis también tapado la boca
y habéis puesto
el aire acondicionado
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