Me gustaría agarrar una estrella
Y condenarla
En lugar de besar el fango
Supongo que uno se acostumbra al sabor a barro
Y pierde el paladar.
Y que si le duele el cuello no cae
En que vive con la cabeza agachada
Cerrarse
A
La belleza de los cielos
Y la altura de los edificios.
El dulzor del agua fresca
La mirada alta que no altiva
La medida justa
Me quemaría la mano con la arista del lucero
Pero antes de precipitarlo lo dejaría libre
Y miraría la herida
La besaría con los labios
La mordería con ahínco
Y la sangre sería un gozo
Un recordatorio del amor tenido
Brotando a manantiales furiosos...
Con un sólo segundo bastaría,
Con sólo un segundo.
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