Si no fuera por ti,
la noche y el día,
sólo serían horas aleatoriamente buenas o malas,
grises en el cielo
que se agotan en el espacio
y en el reloj.
Si no fuera por ti,
el tiempo
sería simple materia temporal sin sentido,
ni consuelo,
ni paz ni sueño.
Eres tú quien hace soportable,
y muchas veces jubiloso,
el peso de esta física imparable.
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