Tengo un secreto
pequeñito
y gigante,
terrible y monstruoso,
del mundo y de nadie.
Tengo una verdad
como un agujero,
uno encima del ombligo,
oscuro y sin salida.
La única manera de mantenerlo intacto
es en silencio,
matándole el aire.
Es mejor así.
No importa
porque
alguna de las mejores cosas
son las que se acaban a gritos
aunque empiecen
a goces bajitos.
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