20 abr 2012

Ajeno,
sentirse ajeno al mundo es tan fácil...
no sentirse implicado con un mundo que te ignora o te maltrata
ni conectado con tus tragedias inmerecidas,
los poderes irresponsables y egoístas,
con amigos extraños o conocidos distantes...
e incluso, fuerzas esa sensación,
y llegas, sin querer,
 a pasar el tiempo
con el cuerpo en un sitio
y la mente en costumbres perdidas e imaginadas,
deseos callados e infantiles,
con una vacuidad ofensiva a ratos,
resignada a tramos.

Ajeno,
sentirse ajeno es tan fácil.

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