3 nov 2016

Trance

Un vicio: la caída.
La caída en silencio, sin palabras,
en azul pálido y frío,
y, quizás, de lejos, un piano marino.

Se cae hasta el fondo.
La sal escuece y adormece
y la conciencia de uno mismo desaparece.
El amor y el dolor se diluye
y hasta el gris de las carreteras pisadas
y la suciedad de las calles ajenas...
hasta la invisibilidad del transeúnte nonagésimo
dejan de existir.

Es como caer por la madriguera
pero sin las maravillas.
El viaje vertical es un fundido vacío.
Parece maravilloso....
y aparto la vista.
El silencio es pegajoso.

Me arrepiento.
El vicio y el deseo
debilitan,
pero es tan placentero
pensar en el fin de la lucha.