28 abr 2017

erre que erre

Hay un dragón de fuego
que sopla dentro de mi cabeza,
hace humo y llamarada.

Hay un reptil sinuoso,
una palabra en punta y retorcida.
Hay una cuarta sonando, medio suspendida,
volando en el aire,
medio derruida pero constante.
Me susurra
y me repite la palabra maldita,
la toxina de fuego.

Hay un antorcha que quema
y el monstruo ríe.
Hay una locura adversa,
y apenas sirve
lo que deba pensar
lo que deba hacer.
Todo gira
y creo que con el mareo
me he equivocado del todo.
Erre que erre, erré
¿o no...?

Ya no hay vuelta atrás,
las brasas siguen
esperando su final.

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