25 jun 2017

Inmóvil

A veces no sé qué pensar...
a veces siento que estoy en medio de una carretera en la que pasan miles de coches
y estoy inmóvil en la mediana,
no puedo mover nada,
estoy paralizada,
con los pies pegados al suelo.

El fluir y el rugir es contante,
pero no puedo hacer nada.
Lo que creo que soy desaparece,
lo que parece que soy cristaliza.
Ya no sé nada,
dejo de ser y de estar.

Hay una crisálida enorme y helada en media del asfalto
y a sus lados no dejan de pasar automóviles con prisa,
apasionados, en ruta, con un plan.

Yo los veo.
pero no puedo  decir ni hacer,
sólo pensar y oler,
sentir la gasolina envenenándome.

Intento salir, pero ahora soy una señal de trafico.
Ya no vivo, estoy cosificada, por inacción.
Me veo desde lejos y me sobrevuelo.
Soy una columna de mármol con grietas.

Lo que quiero y lo que siento
hace tiempo que dejo de tener importancia
soy un muro cortavientos entre ráfagas de aire.
Ya no sé que quería
he estado demasiado tiempo viviendo de observadora.

No, no tengo muy claro lo que quiero,
tan dominada por emociones pasivas y estáticas,
y acostumbrada a vivir lo que pasa por delante.
Soy la amiga del protagonista,
la suplente, el robot de cocina,
el tope de una puerta,
la chica que mira al otro lado de la mirilla
en silencio,
respirando poquito, sin hacer ruido.

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