2 jul 2007

25

Hay días en que echas más de menos a la gente que otros días... Cuando no estás ocupada, o estás ocupadísima, cuando es un día señalado o cuando se suceden muchos días vanos e insulsos (y sufres el efecto de la acumulación). Hay gente y cosas que echas de menos siempre y que añoras a veces sin haber ni siquiera conocido, sólo intuyendo la sensación de su ausencia. Hay momentos que definitivamente uno no debería pararse a pensar... Pensar: ¡Malo! Y momentos que de no darse no llevarían a pensar.

Los segundos de absentismo de si mismos van guiados por esa nostalgia en la que quisieras suspender el tiempo como si bebieras de esa copa dorada una otra vez, desgastando el filo en cada toma, a punto de cortarte, pero siendo está una imagen provocada que, sin embargo, no puede volver a darse...

Cada año crece esta melancolía artificial inherente a la sombra que me sigue...

A lo mejor al año que viene estás aquí cuando sea mi cumpleaños.

(Cartas a D)

2 comentarios:

Buho dijo...

Cumplir...?
Cumplir donde...; con quien?!
Tenemos que cumplir, si, pero el que...?
Cumplir años significa cumplir con esa silenciosa e inconsciente promesa que una día hiciste, a una persona que todavía no existe, pero clama y lucha por su derecho a la vida, por su derecho a respirar, ver y sentir, promesa a la persona mas importante de tu vida, tu misma; no la que eres, la que serás, no la que sufre y piensa, la que descubrirá, por fin, lo que significa la felicidad.

Felicidades.

Anónimo dijo...

Pensar... que bueno y que malo a la vez... que bonito dejarse llevar, y que bueno no dejarse engañar... sin esperanza no hay sueños rotos, pero sin esa ilusion nunca se hacen realidad... a veces hay que confiar en el nada, para conseguir volar... y que mejor ayuda que la brisa del mar