6 ene 2012

Por alusiones

Cuando vengas a mí,
hazlo sin reparos,
sin medida,
con el alma cedida
el cuerpo preparado
y el corazón abierto.

Cuando vengas a mí,
que sepas
que no estoy dispuesta a la derrota,
ni al descanso,
ni a la rendición.

:) Date por aludido ;)

1 comentario:

Luis Maluenda Urmeneta dijo...

Muy bello tu poema, describes con un lenguaje que fluye naturalmente el amor que se entrega y recibe sin condiciones, aquel que existía en el corazón de uno y otra desde antes de conocerse y que por ello provoca la cesión o fusión de las almas.