Es un juego.
Tú no lo sabes,
pero interpreto.
Poco importa
si al poner la otra mejilla
cae un beso
sólo a medias de mentira.
Es un juego
y te dejo ganar
mientras sea dulce la derrota
y la armadura aguante
los estoques de tu espada de madera.
Y jugando jugando
se recoge la madeja.
Penélope vuelve a empezar
y se relame en la espera.
Hila que te hila
aunque entre los huecos se cuela
los dardos en la diana,
aunque jugara de prueba.
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