20 ago 2016

Muralla china

Tú,
si tú,
¿qué estás mirando?
No es una ofensiva,
es una mera pregunta
y una pregunta que hago en silencio,
dentro de mi cabeza.
Temo decir que no me estás viendo.
Yo estoy detrás,
detrás de esa coraza,
de mis miedos, y también,
admítelo,
de tus prejuicios.

Estoy aquí,
aquí dentro,
si supiera gritar lo diría a voces.
La timidez es mala compañera
y una excusa fácil para tu ceguera
y mi escondite.

Convenciones para todos
y reglas automáticas.
Fachadas bien hechas,
defensivas,
me permiten ir caminando.
Bien es cierto
que a medida que se asientan
se hacen opacas
y más costosas de escalar
para mi que estoy asustada,
para ti que nunca miras más allá.

Tanto me acostumbré a quedarme en retaguardia
que no sé si aún hay algo
que se escape por las grietas de esta muralla china,
este monumento a la protección y al aislamiento.

Hay dos razas distintas
y una es invisible.
Una nación invisible,
transparente, simultanea...
y tú sigues dirigiendo la mirada de soslayo
con esos ojos extraños,
esos preciosos ojos
y sus largas pestañas.

2 comentarios:

Luis Maluenda Urmeneta dijo...

Me permites un comentario? De obertura una confesión: coexisten tienes dos esencias en ti y no sabes cuál es la verdadera, o sea, las dos lo son. Hay alguien que te mira sin ver tu esencia. El poema explica porqué. Son tus miedos o los prejuicios del espectador los que le impiden percibir tu esencia. Pero tú quieres ser vista, desvestida por su mirada, tu alma grita desde su encierro, no soporta más ser invisibilizada por aquellos preciosos ojos extraños, de pestañas largas. Hay un conjunto de preguntas subyacentes en los versos: ¿Quién soy yo? ¿Podrá llegar a conocer mi yo? ¿Seré capaz de romper mi coraza? ¿Primarán las convenciones o habrá una finalmente un sinceramiento mutuo? ¿La raza invisible dejará de serlo? ¿El espectador será capaz de mirarte tal cual eres o siempre lo hará de soslayo? En resumen, un bello poema ontológico que me ha permitido conocerte más íntimamente. Felicitaciones, linda Laura! �� �� ��

Estrellitarota dijo...

Gracias Luis por tu análisis.
Yo soy una persona tímida, por lo que por mucho que hable en voz alta esa que habla siempre es una adaptación al mundo, siempre hay parte contenida oque teme ser vista. Nunca soy capaz de expresarme exactamente como quiero porque llevo años de entrenamiento, quizás porque me hicieron daño antes, quizás por pura cobardía. Efectivamente hay un poquito de mi en ambas máscaras porque por mucho que uno se difrace no suele ir en contra de si mismo... no obstante, y además, todos solemos mirar a los otros sin demasiada atención, no nos preocupa como sean de verdad, no importa si sufren o tienen que adaptarse a la mayoría resignándose a esconder partes de ellos para poder convivir, para ser aceptados... A la mayoría no se suelen importar muchos las minorias y rechazan las diferencias, un mundo homogéneo suele ser más cómodo para las mentes... Es un tema sobre el que podríamos estar horas y horas, ¿verdad?
Mil gracias de nuevo Luis-