15 mar 2017

Incienso

La luz se ve encantadora detrás del cristal.
El canto se escucha hermoso tras el muro,
pero cuán frío es el tiempo en este cuarto
que sola y apartada me tiene
de tu encanto
que sé que mientras respiro desaparece.

Quizás cuando salga de aquí
se habrá extinguido para siempre.
Guardalo en frascos como el buen perfume
y pásalo por debajo de mi puerta,
aunque, poco a poco,
también yo
me desvanezco.

No me guardo ni conservo en lugar alguno
pues me evaporo con tal lentitud
que no es evidente,
pero es tan real como insignificante.

Cuando no esté
será el momento en que estar no deba
y si no estás tú
será porque así sea.
Y la luz seguirá brillando
bella en sus matices y reflejos,
en sus colores y desviaciones,
y los pájaros
mantendrán su opera hermosa
entre las hermosas ramas de los árboles.


(27.02.2007)

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