14 mar 2017

Un día de los malos en los que me viniste a la mente

No quiero confesar lo que ignoras,
pero es cierto, ilógico y exagerado:
el miedo a la expulsión
fue proporcional al grado irracional de amarre.
Dejé de ser yo,
lo que ignoraste,
porque abrazabas mi cuerpo
mas no sabías decir de quien era.

Nunca lo sabrás.

Y no hay rabia por tu parte.Nada.
Nada es medianoche,
hora en la que te amaba
y más con locura que gozo.

Mía es la medianoche (y una sombra de rabia ) por siempre.
Para ti  (de mi) la nada





(escrito en alguna parte del 2007, un día de los malos en los que me viniste a la mente)

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