23 sept 2007

FRAGILIDAD

Los puños guardan la zarza
que arde sin quemar,
que es la ilusión de una fe que no compensa, 
una dirección equivocada
para el destino que se busca.
Las manos son bulbos de una especie rara del sur
en el polo criada .
La flor contraída y asustada
siempre florece hacia dentro.
Se protege.
Lo mismo sucede con el resto del cuerpo,
por eso,
se hiere con las espinas
que crecen dentro de la carne
y pintan llagas carmín y violeta:
es una flor rara,
repugna sin la compresión de lo que se ve.
Parece una granada sin piel
que supura sin curar
que gusta de la hiedra y el musgo,
del hongo y de la tierra mojada. 

Precioso el olor de la tierra mojada,
de la promesa de la fertilidad.

Mastico pedazos de mandrágora,
de raíz de corazón de dragón.

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