31 oct 2007

OTRO

Hace unas semanas creí desaparecer... No sé si eso es bueno o malo. A veces uno cae en un estado de indefinición liberadora o enfermiza y deja en el lugar donde debería estar un ser extraño. Esto puede entenderse y suceder de varias maneras.

Una, que el desanimo o el decaimiento te haga volver anodino, transparente, o te deshinches poco a poco y actúes como la sombra de lo que eres. Tras esto, cuando vuelves en ti, te das cuenta de que ni eres ni quieres ser ese monigote andante.

También puede ser que la vida fácil, fluida, ligera, divertida y libertina te haga ausentarte de tus obligaciones y de tu camino, de las cosas que tienen importancia en tu vida y te comportan un trabajo, un esfuerzo. En ese caso, al volver en ti con vergüenza te dices a ti mismo que no debes ser así y que volverás a la senda correcta.

Otra cosa es que cuando vuelvas haya alguien o algo que en tu lugar se ocupe de esas cosas o se te impida recobrarlas.

Pero todavía puede existir una tercera opción y es que un día sufras una ausencia forzosa, o inducida por otros, de tu vida, con devaluación física, psíquica o anímica y descubras que todo aquello que debería ser tuyo, que un día anhelaste, que mereces, fue agarrado por un oportunista, carroñeado por un ser, digamoslo con finura, de inferior valía que tú, aunque puede que no en el plano de lo económico. Veras con horror que quien deberías ser tú se te ha sido usurpado por otro, robado por otro.

La injusticia, señores, dolorosa y cruel, es tan inevitable a veces ¡¡como lo genético!!

Todos lo hemos padecido en cada una de estas versiones. ¡Qué malo es el destino, quizás yo debería ser tú!. Tal vez tú deberías ser yo. Cuán diferente seríamos todos si estas experiencias, padecidas así pues por todos, pudiesen trasladarse a varias situaciones desde diferentes momentos de tu vida a la actualidad como si de un método Stanislavski se tratara, y pudieran aplicarse, como ensayo nada más: el humano sería más humano, uno, más uno mismo; el mezquino, salvable y yo, mejor ni te cuento.

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