Esta voz resuena chocando contra todos los órganos de mi ridículo cuerpo...
Cómo hago que todo sea diferente,
cuando haciéndolo proclamo
cosas que preferiría que no hubiesen ocurrido?
el enfado, ... la reclusión,
el silencio...
Ya no me apetece hablar,
de verdad, las palabras de mi garganta
parecen no tener valor
y me he acostumbrado al gesto.
Hablo sola, me escucho a medias,
pero sola a veces hablo
y a medias me detesto,
me siento detestada...
El enfado, la tristeza, la vanalidad,
la vanalidad como muerte y salvación...
tristeza, por esta soledad domestica
que ya es vieja.
Diles lo que quieren oír,
no digas más,
diles lo que quieren huir
(y duda entre la autoaniquilación o la fuga hacia el monte)
Itaca está arrasada por los invitados
- las ovejas balan-
aunque la casa está en pie
y debes ser agradecida,
- carneros y criaturas de sus vientres diminutas-
diles lo que quieren oír,
diles lo que no sientes,
pide perdón
y da las gracias, libaciones a los dioses...
ya hablarás sola sobre la convexidad de tu morada ...
Las palabras están huecas....
(pero rebotan, se destruyen, se recomponen contra ti,
afiladas, pero huecas
se clavan)
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