10 may 2020

Rapto

La existencia.
No es algo fácil cuando te das cuenta de que poco importas cuando te encierras. Él no me deja salir


 A mi ya no me importa. Me deja seguir con la tele e internet, pero me vigila todo el rato. La única pega es que no puedo decir que no puedo salir, no puedo decir que estoy encerrada, simplemente no salir, negarme a salir... Al principio puse un par de excusas, luego llegó el confinamiento y la gente pensó que sabía algo más que ellos, que era medio bruja. No me lo dijeron claro, pero si que recibí algún mensaje de texto... Tú lo sabías... No, no lo sabía, pero sí que conocía el dolor que causan los temerosos, los ignorantes cuando tratan con algo que no comprenden, o el rechazo de quienes no te consideran un igual.  Simplemente dejé de luchar. En ningún momento recuerdo que nadie me preguntará cómo estaba. Cuando te interesas por los demás y se echan a hablar la gente se olvida de ti si permaneces callado. Tampoco yo sabía qué contar... pero por suerte apenas fueron un par los intentos del exterior. Yo miraba por la televisión las noticias y la tristeza empezó a salir como un untuoso e invisible ámbar y yo me quedé como ese pequeño mosquito aprisionado y suspendido en el tiempo. Nada había para mi allá afuera. 
Èl no era tan malo. No me pegaba y tampoco me pedía mucho. Desarrollé  una capacidad nueva de evasión. Cuando quería ir más allá, cuando quería tocarme, me convertía en una cascara. Mi mente se iba de allí, respiraba profundo y me imaginaba como una pluma volando por el cielo. A veces viajaba hasta la costa, a veces me pegaba al lomo de un pájaro y recorría los campos amarillos y verdes, a veces caía en un parque y escuchaba los juegos de los niños... Es bonito cuando consigues esto. Muchas veces me costaba volver. ¿Qué sentido tenía? Existir materialmente no tenía ningún sentido cuando podía estar en tantos lugares, sin sentir nada más que la belleza de las imágenes que se me aparecían o construía mi mente. A veces me tiraba en este estado catatónico mucho tiempo y sólo volvía debido al dolor del hambre. Entonces volvía y la tristeza de estar, de seguir. Existir es el principio del sufrimiento. Y qué aporta el existir... A veces sentía el impulso de acabar, pero los sueños eran tan hermosos cuando llegaba a ellos. Y si es mejor vivir en ellos. Lo que define la existencia es el pensamiento, no la acción. Y si es la clave para sobrevivir a todo lo que se avecina, a todo lo malo, vivir en pensamientos bellos...
Oigo pasos. Respira, respira...


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