21 mar 2007

17/05/06

Después de ocupar tanto tiempo en la búsqueda de ideas, ahora lo único que trato es de hallar materias, materias escandalosas y apabullantes, locas, inadecuadas, fugaces, numerosas, variadas. ¿Están muriendo las ideas? Las ideas no pueden abrazarse a los cuerpos que encuentro.
María vino con una paloma y el ave, bello en extremo, cantaba hermosas suplicas de amor. Tan bello canto me sonaba aquel que mandé a María a casa a cuidar al niño. Entonces, cogí la paloma y la coloqué frente a mi oído y lo único que ella dijo fue: “cobarde”. Miré a los ojos a aquel bicho y le amenace para que cantase y solo dijo: “¡Cobarde!”. Así, abrí una ventana y eche a volar a la paloma.
María regresó a por su pájaro y, yo, le mentí. “Tu paloma ha muerto. Le di de beber de mi agua y sin saber cómo se envenenó”. Los hombres hacen su alma de materias envenenadas porque son cobardes.

(17/05/06, Cartas a D)

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