20 mar 2007

DESEO IMAGINADO CON ANTELACIÓN

(A veces he querido decirte cosas, a veces las he imaginado como premonición sin saberlo... antes de conocerte incluso...)


La oquedad gime para dentro,
La lengua paladea aún un reflejo,
Tira del recuerdo hacia dentro para que no se pierda tu beso.



El cuerpo se evapora,
Toca aire, toca y toca,
Lo acaricia, buscando en pensamientos
El tacto del suyo,
Imaginando el osario de la efigie
Severa de tu abrazo.
Venga el hueso a partirse
Con tu mano ansiada,
Que el alma no busca el corazón,
Ni apenas nada.
No quiere alzarse presurosa en el lazo,
Ni cantar alabanzas en el nido.
Quiere rendirse a los impulsos,
Ser bacante,
Con blanco semblante y túnica ampulosa,
Sacrificarse en el ara de Apolo y el baño de Venus
Y quemar el interior de la caverna,
Quiere que el caballo negro tire del carro más fuerte que el blanco,
Y que el pecado de su forma carcelaria
Halle en ti la imposible redención.

Mas no estás
Y tengo sed de tu instinto,
Del aliento marcado en la piel,
De la sal bebida de tus labios, del mar.

Hace ya tanto que temo,
Temo olvidar,
Que venga el silencio.
Temo no sentir tu desnudez,
Pura, simple y bella, como palma de la mano,
Blanca, limpia y fuerte.
Y perder el sentir de un aroma mitificado,
El ritmo del aliento acompasado
Sobre el mármol tibio del cuello.

No busco amor,
No pido rosas, ni sueños.
No ansío grandezas,
No vislumbro metas pretenciosas.

Alabo la insignificancia y el primitivismo de mi deseo,
Atado a un desear continuo
De momentos fugaces y breves
Y en el punto de tenerte
Empezar a querer tenerte otra vez,
de una subida y rápida caída,
de la rotura invisible de la postura.
En un gusto fluido y enfermizo
Beberte entero.

Soy sencilla, de placeres pocos,
Cotidianos y antiguos,
Limitada a vivir en ellos.
Hallé en ti par concavo- convexo,
Perfecto y doloroso en su fuga
Y sin pedir más
Me hice adicta a ese dolor.

Mas no tengo lo que pedí
Y lo que tuve lo pierdo.
Duelo y temo en mi adicción
Quedarme entre cenizas y vientos,
Ni ser devuelta, ni encontrar nueva fortuna,
Solo un hado triste alrededor de mi ombligo,
Un triste cuento alrededor del pecho,
Llorando lagrimas vivas hasta mojarme el talón:
Te deseo...

(Estrella rota)

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