30 abr 2007

PENSAR LOCURAS

La razón para estar loco es... pensar en locuras, dejar que invadan tu mente como si de la nada se tratase...

Ella lo sabía mientras una y otra vez, leía el cuento y veía la lágrima roja impresa en la última hoja... esa última hoja... En realidad no lo era, alguien había arrancado las dos últimas hojas, según el índice... Inés no sabía porque se obcecaba en buscar una respuesta en el libro.... Era una intuición. Algo le hacía creer que su instinto maternal, vivo en su interior como un espíritu amenazado de muerte, luchando, le indicaba que había una pista sobre Elena. El punto que le hizo insistir en la lectura y el análisis fue el hecho de que Elena, la otra hija de Tomás, lo encontrará misteriosamente y sintiera miedo al empezar a leerlo, como si el cuento estuviera maldito... Inés tuvo que arrancárselo al ver que la niña se mareaba... Elena... Se parecían tanto, tanto que parecía una locura... Resultaba incomprensible que su marido hubiera tenido una hija que se pareciera tanto a la suya. Aunque ya le parecía enfermizo que la hubiera puesto el mismo nombre, al igual que era que no viera el parecido... también era enfermizo que ella quisiera quedarse a su cuidado porque , en instantes fugaces confundía a la niña con la hija perdida y creía que la había recobrado. Este juego de ilusiones era cruel también, la animaba, pero la desgarraba el corazón al tiempo.

Sin embargo, desde la escena del libro, algo más había en esas coincidencias y en su instinto. Si esa era la razón de su locura que lo fuera entonces. Inés sabía que debía resolver el enigma.

(El espejo de hielo)

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